Miley Cyrus canta de incógnito en el metro de Nueva York
La presencia de Miley Cyrus en el programa de Jimmy Fallon no dejó indiferente a nadie. Si en un primer momento sus declaraciones, sin pelos en la lengua, ya asombrarón a la millonaria audiencia del programa al asegurar que "nadie ha fumado tanta marihuana como fumé yo" y que "todas las veces que visité tu show lo hice colocada" -dirigiéndose directamente a Jimmy Fallon- la performance que protagonizaron juntos fue todavía más impactante.
Miley Cyrus asombra al metro de Nueva York
La estrategia, por si misma, era arriesgada, pero Miley y Jimmy confiaron en su talento. Ataviados con sombreras, gafas de sol y sombreros para dificultar la identificación; Jimmy y Miley eligieron un rincón de una estación cualquiera y enpezaron a cantar con la ayuda de un guitarrista y un percusionista.
El efecto fue inmediato: definitivamente la gente sabe apreciar el talento, y no se guía solo por un nombre. En poco tiempo un gentío se había reunido para disfrutar de la música de las dos personalidades, que se cuentan entre las más admiradas y conocidas de los Estados Unidos.
Sin el disfraz, llegó el éxtasis
Acabada la primera canción las personas reunidas ya estaban emocionadas, pero en cuanto Miley Cyrus y Jimmy Fallon se quitaron sus respectivos disfraces, llegó el éxtasis. Gritos de alegría precedieron a la primera declaración de Cyrus: "Esta es mi primera vez en el metro de Nueva York, es algo que me tiene muy emocionada".
Pero para emoción, la que sentían los asistentes. Imagínense la situación: un día más, la rutina de cada mañana, y al salir del vagón te encuentras con una de las artistas y uno de los presentadores más famosos a nivel internacional dando un show público y gratuito.
La decisión de Miley Cyrus de aceptar a propuesta de Jimmy Fallon es de agradecer, y sería muy positivo que otras estrellas se abrieran a este tipo de iniciativas. Acciones simples, que cuestan poco trabajo, pero humanizan a las estrellas, las acercan al gran público y, nunca está de más, alegran el día a un puñado de personas.